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Muchas veces buscamos maneras de tomar decisiones informadas basadas en datos que encontramos navegando por páginas web o plataformas digitales. Sin embargo, recopilar toda esa información de forma manual puede llegar a ser una tarea abrumadora, que consume mucho tiempo y energía. Para esas situaciones, existe una técnica llamada Web Scraping, y su objetivo es extraer automáticamente datos en Internet.
El Web Scraping es un método que sirve para “raspar o extraer” datos de páginas web de manera automática. En lugar de que una persona esté copiando y pegando la información de cada página, la idea es utilizar scripts o programas informáticos que hagan ese trabajo por nosotros. Estos programas son capaces de navegar por diferentes páginas, extraer la información relevante y guardarla en un formato organizado, como un archivo CSV, Excel, o una base de datos.
Muchas compañías basan su negocio en la recolección de datos. ¿Alguna vez has notado la cantidad de información que circula en la red sobre productos, opiniones de usuarios o noticias de última hora? Esa multitud de datos puede ser analizada con propósitos diversos, desde comprender mejor a los clientes de un comercio electrónico hasta monitorear cambios en el mercado de valores.
La importancia del Web Scraping se debe a que ahorra tiempo y recursos, evitando el proceso repetitivo de ir copiando sección por sección. Además, otorga la posibilidad de actualizar la información de forma inmediata.
Un script de Web Scraping puede enviar solicitudes a un sitio, recibir el contenido en HTML y luego buscar fragmentos específicos para recolectar. Normalmente, se utilizan diferentes bibliotecas y herramientas que simplifican la búsqueda dentro del HTML, de manera que puedas decirle al script “encuentra todos los enlaces dentro de esta sección” o “busca los precios de este producto y regístrarlos”. Luego, cuando ya has localizado los datos deseados, se guarda todo en un formato de salida que resulte útil para tus objetivos.
Por supuesto, existen algunos casos en los que la página no muestra de inmediato toda la información, sino que la “esconde” con técnicas de JavaScript, es decir, se carga después de que el usuario interactúa, o utiliza llamadas a servicios externos. Entonces, para procesar ese tipo de sitios, a menudo se recurre a herramientas que pueden simular un navegador, como Selenium. Esto hace posible “ver” la página del mismo modo que un usuario real lo haría, incluyendo menús desplegables y carga de información en segundo plano.
Es muy importante tener en cuenta la estructura del HTML de la página que se quiere escrapear. Las clases y los identificadores (atributos class
e id
) facilitan la extracción los datos, ya que permiten diferenciar con claridad las secciones deseadas.
La frecuencia de actualización es otro factor que no podemos pasar por alto. Una cosa es extraer datos una sola vez, y otra muy distinta es crear un proceso automatizado que se ejecute a diario, semanal o mensualmente. El Web Scraping simplifica estos flujos repetitivos de recolección. No obstante, a mayor frecuencia, más importante es cuidar la sobrecarga que podría generar en el servidor de destino. Consumir en exceso los recursos de un sitio con miles de peticiones no solo es una conducta poco ética, sino que puede dar lugar a bloqueos y problemas técnicos.
Además, se debe observar la legalidad de la acción. Cada sitio tiene sus propios términos y condiciones de uso, y aunque el Web Scraping como técnica no es ilegal en sí, hay que respetar las restricciones establecidas en los avisos legales. Si cierta web prohíbe extraer datos sin permiso, lo más sensato es abstenerse.
Limpieza y el formateo de los datos. En ocasiones, la información recogida viene mezclada con etiquetas HTML innecesarias, saltos de línea o caracteres extra. El paso de limpieza consiste en borrar todo aquello que no sea esencial, para luego guardarlo en un formato más manejable. De esa manera, ya sea que quieras entrenar un modelo de Machine Learning, alimentar un informe empresarial o simplemente almacenar referencias, tendrás todo listo en un formato fácil de usar.
Existen numerosos lenguajes de programación que pueden utilizarse para la extracción automática de datos. El más popular es Python, debido a que su sintaxis es limpia y cuenta con bibliotecas que facilitan el trabajo. Entre esas bibliotecas se encuentran Beautiful Soup, que permite navegar y parsear documentos HTML de manera sencilla, y Requests, que ayuda a enviar peticiones HTTP de forma amigable. Además, si se necesita algo más sofisticado que simule la interacción humana, Selenium es la mejor alternativa.
Otra opción común es usar lenguajes como JavaScript a través de Node.js, con librerías que también facilitan la recolección de datos. Lo importante es identificar cuál es el entorno de trabajo con el que te sientes más cómodo o que se integra mejor a tu proyecto. Por ejemplo, si ya vienes de hacer páginas web con JavaScript, quizás te parezca más natural seguir con esa tecnología en lugar de cambiar a Python.
Imagina que tienes una página de recetas de cocina alojada en el mejor hosting de Chile y deseas extraer el nombre de cada receta, los ingredientes principales y el tiempo de preparación. Lo primero es inspeccionar la página con las herramientas de desarrollo del navegador (por ejemplo, usando el clic derecho y “Inspect element”). Observarás algo parecido a <div class="receta">
o <h2 class="nombre-platillo">
.
El paso siguiente, una vez identificadas esas etiquetas, es redactar un pequeño script. Si estás en Python, podrías usar la librería Requests para obtener el HTML y luego Beautiful Soup para parsear ese contenido. El script se encargaría de encontrar cada <div class="receta">
y extraer la información que te interese, como el título de la receta o el texto que describe los ingredientes. Luego, en un ciclo, repites esa acción para todas las recetas en la página.
Es posible que la página web a la que te conectas contenga varias páginas de recetas (por ejemplo, la página 1, 2, 3, y así sucesivamente). Entonces, tu script puede navegar por cada una de esas páginas, ya sea manipulando la URL o localizando un botón “Siguiente” y simulando un clic (si usas Selenium). El objetivo final es que tu script termine con un archivo CSV que tenga columnas como “Nombre_receta”, “Ingredientes” y “Tiempo_de_preparación”.
Ese CSV puede luego visualizarse, analizarse o importarse a una base de datos.
Algunas páginas no tienen problema en que sus datos se extraigan de forma automatizada, siempre y cuando se respete la frecuencia de peticiones y no se saturen sus servidores. Otras, en cambio, expresan de forma explícita en sus términos y condiciones que está prohibido “raspar” sus contenidos. Infringir esa restricción puede exponerte a sanciones o, en el mejor de los casos, a que tu dirección IP quede bloqueada.
Este tema se hace aun más sensible cuando se trata de datos personales o información privada. En muchos países, la recopilación de datos que puedan identificar a alguien se encuentra regulada por leyes de protección de la privacidad.
Igualmente, la buena práctica dicta que incluyas un tiempo de espera razonable (sleep) entre cada solicitud para no agobiar al sitio que estás visitando, y que respetes el archivo robots.txt
si existe, el cual indica las directrices para los bots. Aunque no sea un documento legal estricto, se ve como una señal de cortesía y profesionalismo.
Uno de los problemas más frecuentes es el cambio repentino en el diseño de la página. Si tu script se basa en clases o etiquetas muy específicas y el dueño del sitio decide modificar la estructura, tu script dejará de funcionar. Por eso, es importante mantener un código adaptable para reaccionar a esas variaciones sin tener que empezar de cero cada vez.
También existe el problema de las paginaciones infinitas, esas donde el contenido se sigue cargando a medida que el usuario hace scroll hacia abajo. Para solucionar esto, se requiere a menudo un abordaje que simule ese desplazamiento o que intercepte las solicitudes a los servidores que traen más datos. No es inusual recurrir a Selenium u otras herramientas que actúen como un navegador real para lidiar con este tipo de páginas que no exponen toda la información en un HTML estático.
Por último, los bloqueos de IP. Algunos sitios detectan patrones de comportamiento que difieren de los de un visitante humano y, para protegerse de accesos masivos o malintencionados, bloquean las peticiones. Para superarlo, a veces se usan proxys, se rotan las direcciones IP o se configuran cabeceras de solicitud que imiten mejor a un navegador convencional.
Se puede utilizar para monitorear precios en diferentes plataformas de comercio electrónico, comparar estadísticas de diversas páginas gubernamentales o incluso para crear bases de datos internas que faciliten el análisis de contenido. Imagina que eres un periodista y quieres dar seguimiento a artículos sobre un tema concreto; con un bot de Web Scraping podrías recolectar titulares y resúmenes de diversas fuentes, y mantenerte al día sin navegar por cada sitio una y otra vez.
En el marketing digital, también es sumamente práctico. Las empresas pueden rastrear menciones en redes sociales o foros públicos y, a partir de ello, medir la reputación de una marca o producto. Así mismo, en el sector académico, investigadores pueden recopilar datos de manera sistemática para sus estudios, ahorrando un tiempo significativo.
El Web Scraping se fusiona de manera natural con la ciencia de datos y el análisis estadístico, ya que proporcionar grandes volúmenes de información estructurada es el primer paso para entrenar algoritmos de aprendizaje automático o para sostener visualizaciones de datos con herramientas de Business Intelligence.
La inteligencia artificial sirve para la creación de datasets personalizados que sirvan para entrenar sistemas de reconocimiento de imágenes, traducción automática o chatbots. Puede que quieras recolectar ejemplos de diálogos en foros públicos para mejorar tu modelo conversacional, o juntar miles de fotografías relacionadas con un tema muy concreto. Sin el Web Scraping, tendrías que buscar esas imágenes una por una, y tardarías una eternidad en completar tu base de datos.
La diferencia entre un script hecho a la rápida de uno profesional es la automatización y la limpieza del código. Añadir algún tipo de cron job o tarea programada para que tu raspador se ejecute a intervalos regulares puede llevar tu proyecto a otro nivel de eficiencia. Por ejemplo, puedes programar que todos los días a las 3 de la mañana el script se conecte a ciertos sitios, recopile datos y los ponga en tu base de datos.
Es esencial cuidar la calidad del código. Variables con nombres descriptivos, funciones separadas según su responsabilidad, manejo adecuado de excepciones y una documentación básica son aspectos que te ahorrarán dolores de cabeza a futuro. Esto se hace más evidente cuando trabajas en equipo, ya que otros desarrolladores querrán entender tu lógica o hacer modificaciones sin romper el resto del sistema.
Asimismo, es de buena práctica implementar reintentos en caso de que la petición falle por un problema temporal con el servidor o la conexión. Y si requieres contraseñas o tokens de acceso, conviene guardarlos en un lugar seguro, como un archivo .env o un gestor de secretos, en lugar de dejarlos dentro del propio código.
El futuro del Web Scraping parece bastante prometedor, con cada vez más personas y empresas necesitando recolectar datos de forma automatizada para nutrir sus proyectos de análisis y desarrollo. Aunque algunas páginas podrían poner mayores restricciones, la creatividad de los desarrolladores siempre encuentra la forma de avanzar. Las tecnologías de simulación de navegadores, la integración con scripts que resuelven CAPTCHAs y la conjunción con la inteligencia artificial abren posibilidades que hace algunos años podían sonar impensables.
Se cree que buena parte de la investigación y el desarrollo tecnológico estará impulsada por la disponibilidad de datos masivos, lo cual pone al Web Scraping en el centro del escenario. Quien domine estas habilidades tendrá una ventaja competitiva, ya que podrá abastecer de manera más rápida y barata a los sistemas de toma de decisiones, análisis predictivo y automatización de procesos.
En conclusión, la extracción automatizada de información continuará siendo una herramienta valiosa para multitud de áreas, desde el marketing y el periodismo, hasta la programación y el análisis estadístico. Especialmente en un contexto donde el conocimiento se ha convertido en moneda de cambio, poder recopilar datos sin esfuerzo humano repetitivo es un verdadero motor de innovación y eficiencia.